viernes, octubre 10

El aire que respiramos II. Ozono


                            
 
Un ambiente bien ozonizado es aquel que prácticamente no huele a ozono, sino a limpio, desinfectado. 
 
La acción desodorante del ozono no se debe a una acción de encubrimiento del olor, sino a una destrucción de la materia orgánica y bactericida que lo provoca.
  • El Ozono en mínimas cantidades tiene una notable acción bactericida, fungicida y virulicida en general. 
     
  • Destruye con rapidez estreptococos, estafilococos, colibacilos, así como también toxinas diftéricas y tetánicas. 
     
  • Al esterilizar el aire en un 98% se eliminan posibilidades de contraer enfermedades de origen infeccioso. 
     
    "
    En contacto con el ozono las bacterias quedan quemadas y los virus destruidos". L. Pasteur.
Algunas de los síntomas y efectos de microparticulas que se encuentran en el aire provocan:

  • Irritación e infecciones del tracto respiratorio.
  • Irritación de los ojos y otros tejidos húmedos. (sensibilizados)
  • Dificultad mecánica de la respiración. (Asma)
  • Agravamiento de males cardiorespiratorios.
  • Reducción en el poder de los mecanismo de defensa (inmunidad).
Estos agentes contaminantes se encuentran en lugares comunes como: colchone tas, alfombras, empapelados, animales (piel, esporas, pelos), materiales sinté ticos, humo, hollín (de la calle), productos de lavado (ropa), etc.
 
Por ello, es importante contar con una corriente importante de ozono en el lugar de permanencia. Si no podemos modificar las condiciones externas, podemos modificar las que se encuentran a nuestro alcance.